jueves, 14 de enero de 2010

EDUCACIÓN DIFERENCIADA: LOS DOCENTES TAMBIÉN OPINAN

Opinión
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ESCRITOR Y PROFESOR DE LENGUA Y LITERATURA
En educación, hombre y mujer son distintos13-01-10 Enviar | Imprimir

En educación, hombre y mujer son distintos Me cuento entre los profesionales de la enseñanza que en su momento, y aconsejado por la propia experiencia, se opuso a la educación de alumnos y alumnas en una misma clase arguyendo a razones puramente pedagógicas. Tuve que sucumbir en el empeño y aceptar de mal grado lo que desde instancias superiores, fuera de toda lógica, y tirando por tierra con manifiesto descaro a irresponsabilidad lo que durante siglos -desde Herbart, pasando por María Montessori, Decroly, Víctor García Hoz, y por los más notables pedagogos que ha dado la historia desde que la Pedagogía adquirió la categoría de ciencia- se había considerado como un importante avance en la educación de niños y jóvenes a la vista de los resultados.


El empuje feroz de lo novedoso, orientado por doctrinas cuya finalidad no es otra que la de convertir el mundo en un erial, y a partir de ahí trocarlo en una utopía ajena a todo valor y huérfana de perspectivas, de la cual los resultados ya se comienzan a vislumbrar en la sociedad de occidente, en donde al final, y si antes no se le pone remedio, resulte imposible vivir, que es lo que en realidad se pretende. Parece ser que en algún país de la tierra han empezado a tomarse en serio la educación de sus niños y jóvenes. No ha sido en el nuestro precisamente, como cabe pensar, sino en los Estados Unidos de América, a cuyos colegios y universidades aspiran llevar sus hijos los grandes potentados y no pocos de los políticos españoles que rigen nuestro destino, en busca de una educación de mayor calidad que la nuestra.

Pues bien, precisamente en USA están comenzando a poner en práctica un modelo de educación diferente, creando hasta medio millar de escuelas públicas de educación diferenciada por sexos en las que niños y niñas, por un hecho tan simple como el de ser distintos, no sólo en lo físico, sino también en lo intelectual y en el desarrollo de sus aptitudes y apetencias, precisan de unos sistemas de educación distintos, adaptados a las particularidades de cada uno, materia ésta en la que desgastaron su cerebro muchos investigadores del pasado, y que con el nombre de Pedagogía diferencial, ha venido constituyendo para estudios posteriores un capítulo de trascendental importancia dentro de la ciencia pedagógica, y cuya ausencia en la educación de niños y jóvenes podría ser de resultados demoledores al cabo del tiempo.

Estos razonamientos, que de manera formal preocupan muy seriamente a los padres americanos, tanto que a la vista del fracaso escolar de sus hijos varones han optado por ponerle urgente remedio, en Europa, y muy particularmente en esta España nunca como ahora de nuestros pecados, suena a aberración, hasta el punto de que cuesta trabajo y produce cierto rubor exponerlo públicamente, aun en mi caso, docente experimentado y por ello convencido, con y sin educación diferenciada en mis clases durante muchos años. Somos obstinados y, de seguir así, pagaremos muy caras las consecuencias

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