martes, 10 de marzo de 2009

Una madre de Torrevelo en El MUNDO-CANTABRIA

El Mundo-HOY CANTABRIA. 12-03-09


“YO, CON OBAMA, POR LA EDUCACIÓN DIFERENCIADA”

Mercedes Fuster
Ex-alumna de colegios mixtos y no-mixtos.
Madre de tres hijos. (Manuel, Fatima y Juan Pablo)
Defensora del derecho de los padres a la libertad de educación.



He decidido contar mi historia (iba a decir “salir del armario”, pero eso está ya muy visto) porque ha llegado el momento oportuno. Seguramente mi nombre no les diga nada y mi foto (si la ven), todavía menos, pero espero que lo que aquí lean sí les aporte algo, aunque sólo sea otra visión de la jugada.

Empezaré remontándome a mi niñez. Nací hace 45 años y mi vida colegial transcurrió entre tres centros escolares diferentes: hasta los 8 años fui alumna de un colegio mixto, de los 8 a los 14 de un colegio de educación diferenciada (para entendernos, sólo de chicas), de los 14 a los 17 estudié en un instituto público (mixto, por supuesto) y en mi último curso, antes de la Universidad volví, por mi propio pie, al colegio de chicas. Gracias a esta vivencia directa de diferentes modalidades de educación me veo capacitada, hoy, para intervenir en el debate sobre la educación diferenciada y la educación mixta.

No fui nunca mal estudiante (para qué negarlo), pero mis mejores calificaciones las conseguí en el colegio de chicas; también mis amistades más duraderas surgieron en ese marco y muchos recuerdos felices de mi infancia van asociados a ese colegio. En el Instituto también me lo pasé bien (¡demasiado bien algunas veces!), pero mi rendimiento académico se vio perjudicado, tanto es así que cuando me vi a las puertas de la Selectividad y de la Universidad decidí volver a mi antiguo colegio no-mixto.

Dicen que los colegios para un único sexo contribuyen al aumento del desequilibrio entre hombres y mujeres (declaraciones del coordinador regional de Izquierda Unida), pero en mi caso (¡y ya sería curioso que fuese el único!) supuso exactamente lo contrario: en mi primer año de instituto fui elegida Delegada de mi clase y lo mismo me pasó en mi primer año de Universidad. No tuve nunca problemas de relación con el otro sexo, es más, tenía más amigos que muchas de las chicas de mi clase que habían asistido siempre a colegios mixtos.

Algunos dirán, y con razón, que ésta es tan solo mi historia personal, pero puede ser más fácil de entender que tantas teorías de muchos que no han pisado nunca un colegio de educación diferenciada. Recientemente tuve una experiencia muy edificante en este sentido: comentábamos este mismo tema un grupo diverso de gente entre la que sobresalía una muchacha por sus ataques continuos a los perversos efectos de los colegios no-mixtos; en un momento dado le pregunté a cuántas personas conocía que hubieran recibido ese tipo de educación y que opinión le merecían .... y entonces tuvo que reconocerlo: ¡no conocía a nadie que no hubiera sido educado en un colegio mixto!. No dije nada, ella ya lo había dicho todo.

Otro comentario divertido que he leído estos días es el de el sindicato STEC en el que califica a los colegios de educación diferenciada como “alejados del mundo en que vivimos y más cercanos a épocas pasadas de infausto recuerdo”; y es que, a la vez, me llega una noticia sobre el recientemente elegido Ministro de Educación en el Gobierno de Obama, que ha promovido y sigue promoviendo en EEUU la creación, como opción alternativa y en circunstancias diversas, de colegios PÚBLICOS únicamente para chicos o para chicas. Hasta Hillary Clinton ha llegado a afirmar que “no debe haber ningún obstáculo para ofrecer educación 'single-sex' en los colegios públicos». Sé que para muchos lo que se haga en EEUU siempre está mal, pero quizás si lo hace OBAMA ....

También se tilda a la educación diferenciada de “discriminante”, aunque todavía no he averiguado si lo es para la mujer o para el hombre .... La separación por sexo de los alumnos sería discriminante únicamente si la educación que recibieran fuera de calidad diferente, pero si ofrecemos exactamente la misma calidad en los recursos humanos y materiales en un colegio de chicos que en uno de chicas ¿dónde está la discriminación?. ¿Hay discriminación en los equipos masculinos de fútbol? ¿Me discrimina un restaurante con lavabos para hombres y otro para mujeres? ¿Hay discriminación en la revisiones ginecológicas que sólo nos hacen a las mujeres? .... Indudablemente no.

Reconocer la igualdad de mujer y hombre en cuanto a su dignidad y derechos, no significa que tengamos que olvidar que, por suerte, somos diferentes en bastantes cosas. Biológicamente está demostrado que el cerebro de la mujer es diferente al del hombre ¿mejor?¿peor? ... no, simplemente diferente. Cualquier padre o madre de familia con hijos de diferente sexo, o cualquier educador, saben que el desarrollo madurativo entre niños y niñas tiene tiempos distintos; la educación diferenciada busca adaptarse a ese desarrollo personal de niñas y niños.

¿Educación mixta o no-mixta? No voy a caer en la tentación de imponer a otros padres mi opinión personal sobre la mejor forma de educar a los hijos. Ambos modelos tienen ventajas e inconvenientes y cada familia ha de sopesarlos en su decisión personal. Me ruborizan las siguientes declaraciones de un representante de UGT: “la co-educación es la mejor forma de educar a los alumnos” (sobre todo cuando encierran el mensaje subliminal de: ninguna otra forma es admisible). Dicho representante añade “la co-educación es la forma más efectiva de prevenir la violencia de género” y yo me pregunto ¿cuántos detenidos por atacar a su esposa/compañera/novia son ex-alumnos de un colegio de educación diferenciada? ; espero pacientemente el dato ....

Y para terminar, mi peor presentimiento: ¿ estos colectivos anti-educación diferenciada creen, de verdad, que todos los alumnos de estos colegios van a convertirse en maltratadores, enemigos del sexo contrario, ciudadanos irreponsables etc.etc? ¿no será que lo que realmente les molesta son las instituciones que habitualmente están ligadas a este tipo de colegios?. En este sentido, sólo Izquierda Unida ha sido sincera al lamentar que en nuestra comunidad “todos los centros concertados, salvo contadísimas excepciones, sean de carácter religioso y por tanto con valores retrógados y ultra-conservadores”. Ahí queda. Como madre tales palabras me ofenden, pero no perjudican a mis hijos. Como madre lo que realmente me preocupa es que me nieguen la libertad (y lo hacen si me hacen pagar dos veces por la escolarización de mis hijos) para elegir el tipo de colegio que considero más adecuado.

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